Día 11º: 10 Ago: Saint Tropez y Ramatuelle plage.

RUTA DEL DIA:

Cannes – Saint Tropez: 76,2 kms.

Saint Tropez – Ramatuelle plage: 4,9 kms.

Ramatuelle plage – Saint Tropez: 4,9 kms.

Saint Tropez – Cannes: 76,2 kms.     TOTAL: 157,2 KMS.

Este es nuestro cuarto día por la Costa Azul. Hoy íbamos a visitar Saint Tropez. Esta preciosa localidad mediterranea tiene un caracter algo distinto al de las glamourosas Cannes, Niza o Monaco.

El auge de las vacaciones pagadas hizo que numerosos trabajadores franceses descendiesen por el valle del Rodano y se agrupasen en la costa mediterranea siguiendo la estela de los multimillonarios que veraneaban en las ciudades antes mencionadas.

Así se fueron llenando de turistas otras localidades más  modestas pero con el mismo atractivo turístico de la Costa Azul. Y una de ellas fue esta por aquel entonces pequeña y decadente localidad pesquera de Saint Tropez. Sin embargo, fue el cine lo que catapultó a la fama esta ciudad. La pelicula de Brigitte Bardot «Y Dios creó a la mujer» dirigida por Roger Vadim en 1957 puso Saint Tropez en el mapa del mundo. Primero fueron los artistas de la Nouvelle Vague, después los hippies y finalmente la Jet Set europea y norteamericana, acabaron convirtiendo Saint Tropez en uno de los destinos turísticos más exclusivos del mundo.

Según la leyenda la fundación de Saint Tropez se debe al santo martir San Torpetes de Pisa, un oficial romano de tiempos de Nerón que abrazó el cristianismo, gracias a San Pablo, y por ello fue decapitado en el año 68. Su cuerpo fue depositado en un barco en el rio Arno, junto a un gallo y un perro. El viento del este hizo que el barco remontara el río y llegara a alcanzar la costa de Saint Tropez.

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Esta ciudad en el siglo XV fue un puesto militar cuando se construyó la Ciudadela de Saint Tropez, para defenderse de los continuos ataques de piratas, corsarios y turcos. la fortaleza se reconstruyo en el siglo XVII, siendo el elemento defensivo más importante de la costa que hay entre Toulon y Antibes. Muchas guerras han tenido lugar frente a estas costas sobretodo soble los siglos XVII y XVIII.

 

En torno a la ciudadela se fue construyendo lo que ahora en la Vieille Ville o ciudad vieja. Esta ciudad vieja está compuesta de casas altas con fachadas de colores ocres, naranjas o amarillos, que se reflejan en las aguas del puerto. En sus origenes las casas eran utilizadas para guardar los barcos de pesca.

 

Cuando llegamos a Saint Tropez, dejamos el coche aparcado en el Parking de la Place des Lices, pues el centro de la ciudad esta vetado al tráfico.

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Desde aquí, por la rua Gambetta, arteria principal del casco historico de Saint Tropez, se llega andando hasta la Vieille Ville y el puerto de la ciudad.

 

Poco antes de llegar al puerto encontramos un coqueto bistrot, donde decidimos parar a comer en la Carriere de Buchonniers. Para almorzar escogimos un estupendo entrecot con patatas fritas.

 

Después del almuerzo llegamos al Port de Saint Tropez. A finales del siglo XIX y principios del XX, este puerto tenía un intenso tráfico comercial y gran actividad portuaria. Tras la segunda guerra mundial, el puerto decae y solo gracias a los artistas de la Nouvelle Vague se consigue salvar. A partir de entonces se convierte en un puerto recreativo y hoy en dia es el lugar de atraque de los yates más lujosos y exclusivos de la Jet Set internacional.

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Caros restaurantes y cafés y tiendas y oficinas de agencias promotoras de actividades nauticas ocupan los locales comerciales de este precioso y animado puerto.

 

Hacia la derecha del puerto y pasando la Torre du Portalet, llegamos a una pequeña playa caminando por un pequeño camino en el que si el mar está muy bravo ya la marea alta os vais a mojar. Esta playa era un antiguo lugar de atraque de las pequeñas barcas de pesca de los pescadores locales. Es un lugar pintoresco y con mucho encanto.

 

La playa de rocas tiene unas aguas limpias y muy cristalinas. La gente local es la que aprovecha la limpidez de las aguas para bañarse, a pesar del abrupto suelo de rocas.

Desde esta playa se puede regresar a las calles del pueblo pasando a traves de un pasaje. Iniciamos aquí el regreso hasta el parking, en el camino pasamos delante de la Iglesia de Saint Tropez, con su emblemática torre campanario de 1624 pintado en color ocre de Siena.

 

Paramos en un supermercado de la Rue de Gambetta para cumplir el expediente de comprar el habitual avituallamiento playero y dejamos Saint Tropez, para dirigirnos a la playa elegida para este día.

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Nos vamos a la extensa Playa de Ramatuelle. Para llegar hasta aquí hay que tomar la carretera Route del Plages y luego girar por el Boulevard des Tamaris, hasta el Camino de Matarane. Aquí se encuentra el conocido restaurante Le Neptune Plage, donde según dicen se han dejado ver gente famosa, como la actriz Kathleen Turner.

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La playa es un magnifico arenal de arena fina y aguas transparentes. La zona frente y alrededor del Neptune Plage es nudista.

 

Y otra cosa muy llamativa de este playa son los numerosos yates que echan sus anclas frente a la costa de esta playa, de aguas muy calmadas.

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Como en el día anterior permanecimos en la playa hasta el atardecer. Es bastante curioso ver lo temprano que abandonan las playas los franceses y el resto de turistas europeos en general. A las seis de la tarde la playa empieza a quedarse vacía. Seguramente se deba a que esta gente cena mucho mas temprano que nosotros, que no lo hacemos antes de las 9 ó 10 de la noche. En cualquier caso, ellos se lo pierden, pues para mi que la mejor hora de la playa es desde las seis de la tarde hasta que empieza a anochecer. Nosotros, al menos, es cuando estamos más a gusto.

En cualquier caso, nosotros dejamos la playa cuando empezaba a ocultarse el sol y regresamos a Saint Tropez. Intentamos volver a aparcar en el mismo parking que durante el día, pero estaba completo, con lo que hubo que buscarse la vida por las calles de la ciudad. Por suerte encontramos un sitio cerca de allí. Saint Tropez es una ciudad pequeña y no estabamos demasiado lejos del centro.

Para cenar encontramos un buen sitio en una plaza cerca del puerto que se llamaba Place Alphonse Celli. Lo que cenamos fue unas riquísimas colas de rape a la plancha con una rica guarnición.

 

Despues de la cena dimos un ultimo paseo por el puerto de Saint Tropez, muy animado a estas horas, con los yates iluminados. Antes pasamos frente al Capilla de la Anunciación, construida entre los años 1510 y 1558 por la cofradia de penitentes blancos. Ahora se encuentra aqui el Museo de l’Annonciade, que guarda una coleccion de arte donada por el rico industrial Georges Gramont.

 

El paseo del Puerto de Saint Tropez de noche es precioso. Con la tenue iluminación de los edificios y los reflejos que producen los magníficos yates en el agua, que parece que tuviera iluminación nocturna propia, llegando a verse hasta los peces.

Ya cerca de la medianoche, regresamos a Cannes, para pasar nuestra ultima noche en el apartamento de la increible y maravillosa Costa Azul, que nos había cautivado totalmente, a pesar del calor que nos estaba acompañando en estos días.

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