RUTA DEL DIA:
Digne-les-Bains – Clues de Barles: 20,1 kms.
Clues de Barles – Castellane: 73,8 kms.
Castellane – Balcon de la Mescla: 29,8 kms.
Balcon de la Mescla – Les Salles sur Verdon: 39,9 kms.
Les Salles sur Verdon – Grasse: 97,4 kms.
Grasse – Menton: 72,6 kms. TOTAL: 333,6 KMS.
Cuando nos despertamos el aspecto de Digne-les-Bains, era el de toda ciudad al día siguiente de una gran fiesta. Una ciudad silenciosa, con las calles vacías y muy tranquila. Dejamos nuestro hotel despues de tomar el aceptable desayuno continental que nos ofrecen.
Digne-les-Bains es la capital del departamento de Alpes de Alta Provenza. Es una etapa dentro de la ruta de Napoleón, estación termal, desde época romana, y capital de la lavanda. Son importantes las Termas naturales de Digne-les-Bains indicadas para el tratamiento de las vias respiratorias y reumatología.
Tambien presume de tener dos catedrales del siglo XV: Saint-Jérôme y Notre-Dame du Bourg. Sin embargo, el horario de visitas era bastante tardío para nosotros que queriamos ver otras cosas en este día, asi que prescindimos de estas visitas y tomamos el coche para dirigirnos al fenomeno geológico del Cañón de Barles, o Clues de Barles, que nos atraía mucho más visitar. Un «clue» en francés es un cañon pequeño y esto es el Clue de Barles, un paso casi cerrado hecho por un río, en este caso el río Bès. En realidad son dos las clues que se atraviesan la Clue de Perouré y la Clue de Barles. Se encuentran a unos 20 kms de Digne-les-Bains.
Una estrechísima carretera en la que hay tramos en los que no caben dos coches, recorre esta grieta con origen el periodo Jurásico o Cretácico inferior, hacen entre 155 y 140 millones de años. El paisaje que se abre ante nuestro ojos es impresionante, las rocas llegan a sobrepasar en algunos tramos la carretera, habiendo sido necesario escarvar en la propia roca para poder constuir la carretera.
El lugar tiene un enorme valor geológico por su diversidad y complejidad tectonica y sedimentaria, que ha facilitado el descubrimiento de muchos fósiles prehistóricos. Es un sitio ideal para estudiar la Tierra y su evolución desde hace 300 millones años.
Y un magnifico ejemplo de esto, lo vemos a las afueras de Digne-les-Bains, en la carretera que lleva hasta las Clues de Barles. Se trata de la Losa de las Amonitas, Dalle aux ammonites. Esta losa junto a la carretera tien unos 320 m2 y unas 1500 amonitas, algunas de hasta 70 cms. de diametro.
Las amonitas eran criaturas prehistóricas depredadoras parecidas a los calamares que vivían en el interior de conchas con forma de espiral. Aparecieron en la Tierra hace unos 240 millones de años. Las amonitas criaban en grandes números y formaban bancos. Hoy en día se encuentran entre los fósiles más abundantes. Se extinguieron a la vez que los dinosaurios, hace 65 millones de años. Y en esta losa podemos ver grabadas las siluetas de sus conchas.
Después de este paseo geológico, nos encaminamos hacia las Gargantas del Verdon. para ello tenemos que dirigirnos hasta la localidad de Castellane al 55 kms de Digne-les-Bains. Esta pequeña y agradable ciudad rodeada de bellas montañas y a orillas del río Verdon, forma parte de la conocida ruta de Napoleón. En el Nº 34 de la rue Nationale, paró para almorzar el dia 3 de marzo de 1815 Napoleón Bonaparte , camino de su regreso a la Isla de Elba.
Domina la ciudad lo imponente roca de la capilla de Notre Dame du Roc. Y en la antigua ciudad medieval se suceden pintorescas callejuelas con vestigios de sus fortificaciones como al torre del reloj y la animada plaza de Marcel Sauvaire.
Aprovechamos uno de los bistrot del barrio medieval para almorzar y después dimos un pequeño paseo llegando hasta la plaza de la Eglise, donde se encuentra la Eglise Paroissiale de la Sacre Coeur, del siglo XIX, y de regreso al aparcamiento nos encontramos tambien con la iglesia de San Victor, un excepcional edificio del siglo XIII.
La verdad es que Castellane es una bonita ciudad, ejemplo típico de localidad provenzal, que bien merece una visita aunque sea corta como la nuestra.
Por otro lado, Castellane es el mejor punto de partida para explorar las Gargantas del Verdon y su Parque Regional.
Las Gargantas del Verdon son una maravilla natural que constituye una gran sima atravesada a lo largo del tiempo por el río Verdon. Las carreteras que circundan ambos lados del río Verdon llegan a alcanzar los 800 metros de profundidad. El circuito completo tiene unos 130 kilómetros de longitud, mientras que en su fondo el estrecho río serpentea a lo largo de los 21 kilómetros de la garganta, hasta llegar al lago artificial de Sainte-Croix. Se trata de la garganta más grande de Europa, a menudo conocida como el «Gran Cañón» de este continente.
La formacion de estas gargantas es consecuencia de la erosion del agua sobre la blanda piedra caliza, a lo largo de 25 millones de años, crenado cuevas y túneles a su paso. esta cavernas fueron aumentando de tamaño hasta que la parte superior de la meseta se hundió formando este impresionante cañón en forma de V. Las paredes llegan a alcanzar los 1500 metros de altura, aunque al pie del valle puede haber solo 6 metros de ancho.
El mejor mirador para ver esta maravilla geológica es el Balcon de la Mescla. ubicado en la orilla izquierda del Verdon, podemos ver desde sus miradores a 250 metros de altura las verdes aguas del Verdon. Su nombre viene de la palabra mezcla, al ser este el lugar donde se unen las aguas del Verdon con las de su afluente el Artuby.
Por la margen izquierda del Verdon, recorremos las partes mas elevadas de la garganta. Y si tomamos la carretera de la margen derecha, tenemos la oportunidad de recorrer la parte baja de la garganta pasando junto a las orillas de río Verdon. Las dos rutas son espectaculares e imprescindibles si queremos llevarnos las más completa imagen de este entorno natural.
La Garganta del Verdon termina con la desembocadura del río en el lago artificial Sainte Croix, en la localidad de Les Salles sur Verdon. Este lago se creó en 1970 al hundir la vieja ciudad bajo las aguas con la creación de un pantano.
Es una localidad turistica, donde se puede disfrutar de diversas actividades naúticas, aprovenchando las aguas del lago, como playas, paseos en barco o alquiler de canoas, así como punto de partida de diversas rutas de senderismo por el Parque Natural.
Progresivamente vamos dejando ya la abrupta región de los Alpes de la Alta Provenza, donde habiamos estado durante los 3 últimos días y entrábamos en la Costa Azul. Ántes de llegar a la costa nos detenemos en la capital internacional del perfume, Grasse. Estamos ya en la region de los Alpes Marítimos, situada sobre una colina a 750 metros de altitud, dominando extensos valles, donde se cultivan todo tipo de flores, como rosas, jazmines o nardos, necesarias para la fabricación de perfumes. Se dice que de los 200 perfumistas que hay por el mundo unos 40 están establecidos aquí.
A parte de ello, Grasse es una bella ciudad medieval fundada en el siglo VII, que contiene magnificos ejemplos de arquitectura genovesa y provenzal en sus calles, con elegantes casas y palacetes de los siglos XVII y XVIII.
La perfumería se desarrolla en Grasse en el siglo XVII, pero su gran desarrollo llega en el siglo XVIII, cuando se crea un nuevo procedimiento para la extracción del perfume de las flores. En el siglo XIX con la llegada de la Revolución Industrial se inventan nuevas máquinas y nuevas tecnicas de extracción. Asi se establecen grandes fábricas de perfumes que suministran sus fragancias a grandes marcas como Chanel. Hoy en día existen grandes firmas como Fragonard, Galimard y Molinard. Es posible visitar sus fábricas y aprender como los procedimientos de fabricación del perfume.
Por otra parte el microclima de Grasse es ideal para la producción de flores aromáticas como las rosas, jazmin, clavel, azahar, nardo, violeta, … Una de las más típicas es el jazmín, que fue traido desde la India en el siglo XVII.
Además Grasse se ha hecho muy famosa a raiz de la película «El Perfume» basada en el libro del mismo nombre de Patrick Süskind. En esta película, el protagonista, Grenouille, viaja a Grasse para crear la fragancia perfecta, y allí trabaja de ayudante haciendo perfumes y aprendiendo nuevos métodos. Sin duda una gran publicidad para la ciudad.
Un paseo por el centro historico de Grasse, bien puede empezar en la Place des Aires, con sus casas con arcadas y la fuente de Luis XV, despues continuamos atravesando sinuosas callejuelas, a menudo convertidas en escaleras, llenas de puestos tipicos y tiendas, y muchas de ellas decoradas con bonitos paraguas rosas o arcos de flores.
En el recorrido nos encontramos un torre, resto de las murallas del siglo XVI, el antiguo palacio episcopal que actualmente alberga el ayuntamiento de la ciudad y la Catedral de Notre Dame de Puy, de estilo románico provenzal, construida en el siglo XI.
Y paseando nos encontramos hasta con un desfile de moda en una de las plazas de Grasse. La verdad es que pudimos comprobar que Grasse ademas de una hermosa ciudad es una localidad muy animada.
No estuvimos mucho más tiempo en Grasse, pues queriamos ya llegar a nuestro destino final del día Menton, que aun se encuentra a 75 kms de distancia. Despues de una hora llegamos a Menton cuando empezaba a anochecer. Pudimos ver ya por fin, las primeras vistas de las playas de la Costa Azul.
Nos alojamos en un horrible hotel, llamado Hôtel du Musee, muy cerca del Museo Jean Cocteau, y del glamouroso paseo marítimo. Probablemente el peor hotel en el que hemos estado en todos nuestros viajes a lo largo de Europa. Lo comento para que lo tengais en cuenta si venis por aqui alguna vez. El precio de la habitación, además de 72,40 €.
Los parkings de la zona se encontraban llenos a estas horas, pero pudimos dejar el coche en un hueco que encontramos en el paseo maritimo que aqui se llama Promenade du Soleil. Para cenar no nos complicamos mucho, pues cenamos en un Mc Donalds, frente al museo Jean Cocteau, y despues de ellos nos dirigimos al cochambroso hotel para descansar. Al menos la cama parecía comoda y las sabanas limpias. De lo demás, más vale no acordarse.