RUTA DEL DIA: Höfn – Djúpivogur: 140 kms. Djúpivogur – Berufjördur: 14,4 kms. Berufjördur – Breiddalsvik: 49,6 kms. Breiddalsvik – Stödvarfjördur: 19,1 kms. Stödvarfjördur – Fáskrüdsfjördur: 27,4 kms. Fáskrüdsfjördur – Reydarfjördur: 21,3 kms. Reydarfjördur – Eskifjördur: 15,6 kms. Eskifjördur – Egilsstadir: 48,9 kms. Egilsstadir – Seydisfjördur: 26,8 kms. TOTAL: 327,10 KMS.
En el cuarto día en Islandia vamos a visitar los fiordos del Este. Una remota región alejada del turismo más habitual de la isla. Es un trayecto por carreteras con mil curvas y cambios de rasante, con espectaculares montañas al lado del mar y muchas ovejas.
Comenzamos el día con el ritual habitual, desayuno en el camping, todavía nos quedaba jamón del que trajimos de España, buscar un supermercado para comprar el avituallamiento del día y llenar el depósito de gasolina. También hubo tiempo para recrearnos en las bonitas vistas del camping de Höfn, que estaba situado junto a un lago. El día anterior como llegamos de noche no pudimos percatarnos de esto.
Después de varios días comprando en supermercados de Islandia fuimos conociendo otra peculiaridad del país. Se usa mucho más para pagar las tarjetas de crédito que el pago en efectivo. Tal es así, que cuando pasas por caja sistemáticamente te ofrecen el TPV para pasar la tarjeta e incluso ponen alguna cara de sorpresa cuando le decimos que vamos a pagar en cash. No hace falta llevar mucho efectivo en Islandia.
Bueno, pues una vez cumplido el ritual de cada día, nos ponemos en camino. Es reiterativo decir que nada más salir de Höfn las vistas del paisaje son impresionantes, pero es que es así. Islandia no para de sorprendernos a cada paso que damos.
Durante la ruta nos vamos encontrarnos con numerosos miradores en los que parar para ver el paisaje que nos rodea. Áridas montañas de tierra gris, que vienen a volcarse en el mar, las nubes que intentan sobrepasar las cimas de estas montañas, ovejas pastando y una calma total. Apenas nos cruzamos algún coche en el recorrido.
El primer pueblo de esta ruta de los fiordos del Este, se encuentra a 140 kms de Höfn. Los pueblos de esta región por lo general son minúsculas localidades de unas pocas casas, y un pequeño puerto pesquero.
Este primer pueblo, Djúpivogur, es un ejemplo de ello. Apenas unas 20 casas y un pequeño puerto pesquero. Pasando este pueblo se encuentra el primero de los fiordos que vamos a recorrer. Se trata del Berufjördur. Por las laderas de las montañas caen pequeñas cascadas y la carretera va serpenteando con las montañas a un lado el y el fiordo al otro.
Un fiordo es una estrecha entrada del mar alargada, estrecha y limitada por laderas altas y abruptas, Su origen se debe al ascenso de las aguas marinas al producirse la fusión de los hielos tras las glaciaciones del cuaternario. El hielo, que horadó los terreno,s se fue derritiendo dejando paso a la entrada del agua del mar.
Al ser escasa la vegetación es posible ver perfectamente toda la estructura, en forma de U o V que tienen estos fiordos. Justo al llegar al borde de este fiordo existe una carretera, el camino 939, que sube el puerto de montaña para acortar el camino hacia el norte. Se llama el Paso de Öxi. Dicen que es una bonita carretera pero muy peligrosa sobre todo con mal tiempo. De todos modos nuestra idea era seguir rodeando los fiordos así que no tomamos este desvío.
El siguiente pueblo es Breiddalsvík. En ese punto, el asfalto desaparece de la Ring Road, con lo que atravesamos un trecho de grava.
Pasado este punto la carretera 1 continua hasta Egilsstadir, pero para seguir por los fiordos es mejor tomar la carretera 96 en dirección Stodvarfjördur. Es una carretera más estrecha que la 1 y con menos visibilidad, con muchos cambios de rasante. Aquí volvemos a encontrar un grupo de las simpáticas ovejas islandesas.
La verdad es que tienen un aspecto adorable, dan ganas de abrazarse y apretujarse con ellas, tan gorditas y suaves.
Los pueblos que atravesamos son igualmente minúsculos con poco que ver más allá de sus casa de colores y su puerto.
Continuando por la carretera 96, llegamos al siguiente fiordo, el Fáskrúdsfjördur. Aquí hay un pueblo algo más grande. Vimos unas mesas para picnic y decidimos parar aquí para almorzar. Al lado había una gran colchoneta hinchable para dar saltos. Aquí la gente se debe aburrir bastante.
Después del almuerzo continuamos el camino. La carretera 96 llega ahora a Reydarsfjördur. La carretera deja por un tiempo de bordear el fiordo y se mete en el interior hasta llegar a un túnel de 6 kms de largo.
Desde aquí se toma la carretera 92 hasta Eskifjördur. A la salida del túnel nos esperan las espectaculares de un nuevo fiordo.
Desde aquí llegamos a la principal localidad del Este de Islandia, Egilsstadir. La verdad es que comparándola con los otros pueblos que hemos ido pasando en este día, parecería una gran metrópolis, teniendo incluso un aeropuerto, aunque solo tiene 2.500 habitantes. En cualquier caso, no tiene mucho que ver turísticamente.
Decidimos no detenernos demasiado en este pueblo, así que continuamos hacia la ultima parada y destino final del día, Seydisfjördur. Está a una media hora de Egilsstadir, en la que la carretera serpentea subiendo y bajando las montañas, hasta descender a la misma orilla del espectacular fiordo del mismo nombre.
Seydisfjördur se considera uno de los pueblos más bonitos de Islandia. Lo que en principio no debía de significar mucho en un país donde la belleza de sus pueblos no se puede considerar una característica. Es un país en el que destaca mucho más la belleza de sus paisajes y naturaleza que el atractivo de sus pueblos y ciudades.
Sin embargo, Seydisfjördur sí que tiene su encanto, con sus curiosas y a veces divertidas casas de colores a orillas del mar. Este pueblo tiene además un importante puerto a donde llega el único ferry que de manera regular conecta Islandia con Europa. Se trata de un barco que parte de Copenhague y tarda en llegar hasta aquí ¡¡más de 30 horas!!, haciendo escalas por el trayecto en las Islas Feroe y Shetland. Así que este será el transporte que utilizaran algunas autocaravanas con matriculas alemanas y holandesas que vimos durante el viaje.
El Camping donde nos quedamos esta noche se llama SeydisfJördur Camping Ground, y la pernoctación por una noche cuesta 24 €. Es camping pequeñito aunque aceptable. Tiene su espacio de cocina bastante bien dotado y suficientes duchas y baños. Nos sorprendió que el chico que atendía en la recepción fuera español, de Barcelona. Resulta que vino de Erasmus a Reikajvik y decidió quedarse un año más en Islandia. Nos estuvo hablando de la dureza del clima en invierno. Decía que te acostumbras a caminar enterrándote un metro en la nieve. También que este pueblo en invierno suele quedarse asilado pues las maquinas quitanieves no dan abasto a quitar tanta nieve durante el día. Además en invierno las noches son eternas en incluso cuando empieza a aparecer el sol, aquí tarda más tiempo en llegar pues las montañas impiden su aparición hasta bien entrado el mes de marzo. Eso si, nos contaba de las maravillas de la Aurora Boreal en esta zona. En cualquier caso, ya regresaba a España en septiembre y estaba deseando que llegara el día.
Bueno como era temprano aun dimos un paseo por el pueblo, viendo más casas de colores y las bonitas vistas del puerto. También vimos un coqueto restaurante donde decidimos tomarnos unas cervezas y probar un surtido de tapas locales, para acompañar.
Nos estaban mal, sobretodo ricos estaban el salmón y otro tipo de pescado ahumado. Había también una carne tipo tartar, otra que parecía bacon ahumado, un puding y un bacalao seco que estaba un poco más sabroso que un cartón de embalar. En cualquier caso nos sentó muy bien la cerveza que hacia varios días ya que no catábamos.
Después de ello, completamos la cena en el camping con lo que habíamos comprado en la mañana en Höfn y tras un rato de agradable charla, compartiendo experiencias, con otra pareja de españoles que encontramos en el camping, nos fuimos a dormir.