RUTA DEL DIA: Zaandam – La Haya: 70,9 kms. La Haya – Rotterdam: 26,4 kms. Rotterdam – Utrecht: 61,9 kms. TOTAL: 159,2 kms.
Si la noche anterior nos despedimos de Amsterdam. Esta mañana tocaba despedirse de Zaandam, el bonito pueblo donde nos alojamos estos cuatro pasados días. Nos levantamos temprano y como cada día desayunamos en el mismo coqueto café en el que lo habíamos hecho durante los cuatro días en que permanecimos en Zaandam: El Delifrance.

En el día de hoy íbamos a visitar aunque fugazmente tres de las ciudades más importantes de Holanda: La Haya, Rotterdam y Utrecht. El día se preveía intenso porque no es fácil ver estas tres ciudades en una sola jornada. Pero fue eso lo que nos propusimos. En unos 45 minutos llegamos a la primera de ellas, La Haya.
Esta ciudad, que en neerlandés se llama Den Haag, se considera la capital política, administrativa y diplomática de los Países Bajos. Esta metrópoli holandesa es desde donde se gobierna el país y reside la realeza. La Haya sería, por tanto, ciudad y Corte de Holanda. Muy conocida, también por albergar el Tribunal Internacional de Justicia, sorprende por la cantidad de edificios históricos que alberga, una inmensa oferta de museos con gran reconocimiento mundial y por tener kilómetros de playas absolutamente salvajes dominadas por el recio oleaje del Mar del Norte.
Conforme nos acercábamos a La Haya, lo primero que llama la atención es el sky line de sus modernos edificios, muy a lo newyorkino.

Sin embargo, el casco antiguo de la ciudad no es demasiado grande y se puede visitar fácilmente caminando. El principal monumento de esta ciudad en el Binnenhof, nombre del que fuera el castillo de los Condes de Holanda y ahora agrupa diversos edificios históricos con importante carga institucional. De hecho aquí se encuentra la sede parlamentaria de los Países Bajos, usada de manera ininterrumpida desde hace casi cinco siglos (un caso único en Europa). Pero también aquí está la oficina del Primer Ministro, así como el Ministerio de Asuntos Generales.
Para visitar estos edificios es preciso hacer una reserva previa. Estas reservas se hacen a través de la web: http://www.prodemos.nl. El recorrido es guiado y se hace en inglés u holandés. Pero para el resto de idiomas, incluido el español, se suministran unas audioguías. El precio de la visita completa es de 11 €. Nosotros teníamos programada la visita a las 12:15 y tiene una duración de 90 minutos.
Llegamos a La Haya sobre las 9:30 horas, con lo que tuvimos un buen rato para pasear por el centro de la ciudad antes de entrar en el Binnenhof. Dado que encontrar plazas de aparcamiento en el centro de La Haya es prácticamente imposible, la mejor opción es dejar el coche en un Parking subterráneo El mejor situado para visitar el centro historico es el que se sitúa en la cercana calle comercial Kalvermarkt, 32G. Se llama Q-Park Grote Markt.
Esta moderna calle comercial desemboca en la parte antigua de La Haya. A continuación nos adentramos en el centro de La Haya por la calle Gravenstraat hasta llegar a la Groenmarkt. En esta plaza se celebraba antiguamente el mercado y en ella encontramos algunos de los edificios más emblemáticos de la ciudad como la Grote Kerk y el Oude Stadhuis, el antiguo ayuntamiento de la ciudad situado en un bonito edificio renacentista.
La Grote de Sint-Jacobskerk o Iglesia Grande de San Jaime, es una iglesia protestante construida entre los siglos XV y XVI. Su exterior destaca por su alta torre. El interior, como suele ser habitual en las iglesias protestantes holandesas queda un tanto desangelado. Apenas se puede destacar la bóveda de madera del techo, sus vidrieras y el cenotafio del insigne almirante holandés Jacob van Wassenaer Obdam, diseñado por Cornelis Moninckx y esculpido por Bartholomeus Eggers en 1667.
Muy cerca de esta iglesia se encuentra el bonito edificio del antiguo ayuntamiento o Oude Stadthuis, construido en 1564, en estilo renacentista. Actualmente se usa ocasionalmente para eventos municipales.
Siguiendo por esta calle, llegamos a la elegante galería comercial cubierta De Passage, del siglo XIX, que recuerda mucho a la Galeria Vittorio Emanuele II de Milán o las Galerias Reales de Saint Hubert en Bruselas.
Con este muy agradable paseo, se fue consumiendo el tiempo para llegar a la hora de la visita al Binnenhof. El punto de encuentro para el inicio de la visita está en la calle Hofweg 1, en el área de recepción del Centro de Visitantes junto a Café Brasserie Dudok, a pocos pasos del Binnenhof. Allí presentas la hoja de la reserva y te dan la audioguía y la correspondiente entrada y un guía te acompaña con el grupo hasta el edificio.
Al cruzar en arco de entrada lo primero que vemos es una preciosa plaza o patio de armas, en cuyo centro se encuentra el Ridderzaal o Salón de los Caballeros. Sin lugar a dudas es el edificio más llamativo de todo el complejo. Se construyó en los siglos XIII y XIV como castillo para los Condes de Holanda, pero su aspecto actual data de finales del siglo pasado. El edificio, que estaba en estado ruinoso, se restauró en aquel entonces.
El interior es majestuoso llamando sobretodo la atención el espectacular techo de madera.
La Ridderzaal se construyó originalmente como una sala enorme para celebrar fiestas de caza para el Conde de Holanda, y también juicios. Hay que prestar atención a los llamados Luistervinkers o «escuchas» en holandés, que datan de esas fechas, son extrañas caras de madera con una enorme oreja a un lado colocadas a los lados de las vigas. Durante los juicios se le decía a la gente que dijera la verdad, ya que todo lo que se decía lo escuchaba un poder divino a través de esas enormes orejas.
Hoy en día esta sala se utiliza para eventos especiales, como la toma de posesión de los nuevos gobiernos de Holanda o el inicio de las legislaturas, así como importantes recepciones reales.
El siguiente edificio que visitamos el la Cámara Alta, o el Senado, al que se llega a través de pomposos pasillos. Esta situado en la parte norte del Binnenhof. En el numero 22.
Anteriormente se la conocía antigua sala de los Estados de Holanda. Y desde 1849 reune al Senado o Cámara Alta. El Senado holandés se compone por 75 miembros, que son elegidos en los Estados Provinciales del país. A diferencia de la Cámara Baja, la Cámara Alta no puede modificar propuestas legislativas, pero si puede rechazarlas.
El ultimo punto de la visita es la Cámara Baja o Parlamento, Twede Kamer en neerlandés. La Camara Baja cuenta con 150 miembros y es la que tiene el poder legislativo. Desde 1992 la Cámara Baja se reune en un gran hemiciclo situado en un edificio anexo al antiguo Binnenhof. Esta sala forma parte de un vasto complejo de salones y dependencias para los diputados y reuniones de las comisiones. Todos los edificios del parlamento convergen en la galería cubierta Statenpassage, que transcurre desde la Plaza hasta el Hofplaats.
Por cierto, que vaya tela lo sucia que estaba la mesa de la presidencia del Parlamento, je je. Alguien tiraría el café, en medio de alguna agria discusión y nadie lo había limpiado aún.
Aquí termina la visita guiada a los edificios del Binnenhof. Se puede seguir paseando por la plaza de armas del edificio para admirar otras edificaciones, de un complejo realmente bello.
Podemos ver el despacho del Primer Ministro, que llama la atención por su ventanal semicircular y toldos amarillos. También es muy bonita la fuente del centro de la plaza.
Finalmente hay que pararse, ya en el exterior en el estanque conocido como el Manantial de la Corte, o Hofvijver, que formaba parte del antiguo Castillo original construido en 1248. Frente a este manantial se puede ver las mas bellas y emblemáticas imágenes de La Haya.
En el lado opuesto al Manantial se encuentra la muy bonita plaza Plaats, donde se ubica un buen grupo de restaurantes, tabernas y tiendas. Esta plaza fue testigo de numerosos acontecimientos históricos, ya que está junto a la antigua prisión.
Nos fijamos en el escudo de Holanda, o Hollandia, que había sobre un arco en uno de los laterales de la plaza. Solemos confundir o más bien igualar el nombre de Holanda con en de los Países Bajos, cuando nos referimos a este país. En realidad de las 12 provincias que componen los Países Bajos, solo dos llevan el nombre de Holanda, Holanda Meridional y Holanda Septentrional. En 1830, tras la caída de Napoleón, se unificaron las doce provincias creándose los Países Bajos, tal como los conocemos hoy en día.
He encontrado en internet un simpático video que explica las diferencias entre Holanda y los Países Bajos. Gracias a Explora tu mundo (ETM) por su publicación en YouTube.
Esto fue lo penúltimo que vimos antes de abandonar esta bonita e histórica ciudad. Porque no queríamos abandonar la ciudad sin ver, al menos por fuera, la sede del conocidisimo Tribunal Internacional de La Haya.
El Het Vredespaleis (El Palacio de la Paz) de La Haya, donde se ubica este Tribunal, se construyó sobre la base de los ideales de pacifismo y paz mundial. A finales del siglo XIX, estos principios estaban en plena ebullición, como nunca antes se había visto. Cuando se finalizó la construcción del Palacio de la Paz en 1913, era tan grandioso como la mismísima idea de la paz mundial.
Para no perder más tiempo nos dirigimos allí con el coche, y paramos unos minutos solo para hacer las fotos de rigor.
Nos quedaron cosas que ver, pero no había más tiempo, porque teníamos previsto almorzar en Rotterdam. Así, por ejemplo nos hubiera encantado ver el gran Museo Mauritshuis, donde se encuentran legendarios cuadros como «La Joven de la Perla» de Vermeer y otras obras imprescindibles de Rembrandt, Rubens, Paulus Potter, Jordaens, Frans Hals, Brueghel el viejo así como más del propio Vermeer. Otra vez será.
Pues bien, continuamos nuestra ruta del día en dirección a Rotterdam, la segunda ciudad en importancia de los Países Bajos, tras Amsterdam y unos de los puertos comerciales más importantes del mundo. Esta ciudad se fundó hacia 1260 en torno a una presa que se llamaba Rotte. De ahí su nombre.
Sin embargo, la ciudad de Rotterdam sufrió durante la segunda guerra mundial un devastador bombardeo por parte de los nazis, lo que supuso la casi completa destrucción de la ciudad.
Hoy en día, Rotterdam es una moderna ciudad donde lo que más llama la atención es su arquitectura vanguardista. Prácticamente uno de los pocos edificios que queda en pie de antes de la guerra es la iglesia de Sint Laurenskerk, o Iglesia de San Lorenzo, construida entre 1449 y 1525. Después del ataque aéreo de 1940 la iglesia quedó casi en ruinas, estando a punto de ser demolida, pero la reina Wilhelmina de Holanda se opuso a ello. Así en 1952 se procedió a la restauración de la iglesia hasta quedar con el aspecto actual.

Llegamos a Rotterdam pasadas las dos de la tarde. Hora de comer. Así que fuimos directamente hasta el Markthall un enorme mercado de abastos con forma de cilindro tumbado y algo achatado cuyas bases son acristaladas. Dejamos el coche en el parking de este mercado. Es un edificio muy llamativo y en su enorme espacio interior decorado con motivos frutales y vegetales, podemos encontrar todo tipo de puestos de restauración de los más variados productos.
Nosotros nos sentamos en un bar turco donde almorzamos un típico kebab con patatas fritas. El Markthall es espectacular pero tiene un pequeño defecto según la época del año en que lo visites. El día era muy caluroso y este edificio no tiene aire acondicionado, con lo que dentro hacia bastante calor, solo mitigado por unos simples ventiladores en el bar donde comimos.
A través de las enormes cristaleras del Markthall se ve otro de los edificios más populares de Rotterdam. Se trata del Blaaktoren, popularmente conocido como el lápiz, por su forma. Justo al lado se encuentra la Biblioteca Pública de Rotterdam, en un edificio blanco y azul con unos tubos dorados. Este edificio se terminó de construir en 1983.
Saliendo del mercado y a la derecha del edificio en forma de lápiz se encuentra el famoso complejo de Casas Cubo, Kubuswoningen en neerdlandés, la imagen más famosa de Rotterdam. Estos 38 cubos forman un bosque de cemento donde las copas de los árboles son cuadrados supuéstamente soportados por uno de sus vértices formando un ángulo de 45 grados. Una obra maestra de la arquitectura aún 30 años después de su construcción.
Estas casas son viviendas particulares. Hay una de ellas que se puede visitar y de esta forma ver cómo son por dentro. También hay un hostal en otra de estas casas. Desde luego son unos edificios muy originales, que llaman mucho la atención.
Atravesando las Casas Cubo se llega al puerto viejo de Rotterdam, o Oudehaven. Desde aquí se puede ver el skyline de Rotterdam con sus impresionantes rascacielos. Hacía mucho calor, y no apetecia caminar mucho por allí, así que decidimos coger el coche y dar un ultimo paseo por estas calles en el mismo vehículo.
De este modo, atravesamos el barrio de los rascacielos, que se llama Wilhelminapier y cruzamos en imponente puente colgante de Erasmo, o Erasmusbrug. Destacan edificios como el Toren op Zuid, tambien llamado KPN Tower, o el moderno De Rotterdam, inaugurado en 2013 y que se compone de tres bloques unidos asimétricamente.
Así con este paseo en coche dejamos Rotterdam y nos encaminamos hacia el destino final del día, Utrecht. Se encuentra esta ciudad a unos 60 kms de Rotterdam. Así que en una hora llegamos allí. Serían alrededor de las seis de la tarde cuando llegamos a Utrecht.
Utrecht tiene origen romano. Situada a la orilla del Rhin fue una importante fortaleza romana. Posteriormente en la Edad Media fue un gran centro productor de lana y exportador de ganado vacuno de la apreciada raza frisona. Fue también un importante centro religioso y residencia de obispos, lo que se ve en las casas con pináculos y torres que aun persisten.
El nombre Utrecht aparece más de una vez en la Historia relacionado con tratados y negociaciones importantes. Aquí se llevó a cabo entre otros, el Tratado de Utrecht relativo a la Guerra de Sucesión espñola en el siglos XVIII, que además determinó las soberanías sobre varios territorios entre las diversas potencias europeas, incluyendo territorios coloniales. Ese tratado supuso por ejemplo la pérdida de Gibraltar y Menorca, aunque esta última se pudo recuperar posteriormente.
Lo primero que hicimos fue dirigirnos al lugar donde íbamos a pernoctar esa noche. El Stone Hotel & Hostel, en la céntrica calle Biltstraat 31. Tuvimos suerte de aparcar el coche justo enfrente del Hotel. Una sencilla habitación doble con aseo compartido que nos costó 65 € la noche. Después de hacer el check-in en el Hotel teníamos que devolver el coche alquilado. Pero antes decidimos ir a dar un pequeño paseo por el centro, ya que el sol iba bajando y no hacía ya tanto calor.
Así caminando junto al canal Dritt llegamos hasta la plaza Janskerkhof, en el barrio de la Universidad de Utrecht, donde al fin pudimos hidratarnos con un rico mojito sentados en un agradable café, mientras veíamos pasar innumerables ciclistas. Es esto una de la cosas que primero llama la atención de Utrecht, lo mismo que de Amsterdam, la cantidad de bicicletas que hay por todos lados.
Una vez recobradas fuerzas con el mojito, volvimos al Hotel para recoger el coche y llevarlo a la oficina de Budget. Una vez dejado el coche allí, tomamos un tranvía hasta el centro de Utrecht. La verdad es que la visita de Utrecht iba a ser muy fugaz, pues además al día siguiente teníamos que coger el tren para Bremen muy temprano, a las 9:06 h.
Así que nos fuimos directamente a la Domplein, o plaza de la Catedral. La plaza más importante de la ciudad que se encuentra sobre los que fue el castrum romano. En este lugar se encontraba la parte de la catedral, Domkerk, que fue destruida por un temporal en 1674 y nunca se volvió a construir.
Ni la terrible tormenta ni la Segunda Guerra Mundial fueron capaces de tumbar la torre de la Catedral, llamada Domtoren, que sigue siendo con sus 112 metros la torre más alta de Holanda, y el símbolo de la ciudad.
Cerca de la Domplein se encuentra la otra iglesia más importante de la ciudad. La Sint Pieterskerk, o iglesia de San Pedro, que tiene una maravillosa cripta donde hay enterrados ilustres obispos, y que nosotros no pudimos visitar.

En la Domplein esta tambien el precioso edificio esquinado de la Universidad de Utrecht de 1891, de estilo neo-renacentista. Un estilo que simboliza el concepto de ciencia y progreso, muy relacionado con la actividad universitaria.

Cayó definitivamente la tarde y llegó la hora de cenar. Era el momento de dirigirse a los canales que es donde esta la zona más animada de Utrecht. Allí encontramos un precioso restaurante griego junto al canal Oudegracht aan de Werf, que se llama Taverna.
En un emplazamiento precioso pudimos disfrutar de una exquisita comida griega, coronada con unos chupitos de Ouzo, bebida tradicional griega, y que nos supo a gloria.
Después de la cena y antes de volver al Hotel, disfrutamos de un precioso paseo nocturno por Utrecht. Y es que pasear por la noche por esta ciudad nos regala una bonita sorpresa.
Hay muchas ciudades iluminadas por la noche con más o menos éxito. Pero en Utrecht la iluminación es diferente. Entra en acción el Trajectum Lumen. Trajectum era el nombre romano de esta ciudad. Y este espectáculo luminoso es algo único. Juegos de luz y sonidos en la Domtoren, luces que salen del agua de los canales, que iluminan con colores cambiantes túneles y las partes inferiores de los puentes, efectos visuales de todo tipo e ilusiones ópticas … ¡hay que verlo! Merece la pena quedarse a dormir en Utrecht sólo para eso.
En esta pagina web puedes encontrar información sobre este recorrido y explicación del significado de cada juego de luz: http://www.trajectumlumen.nl/en.
Esa misma información la puedes encontrar en la Oficina de Turismo de Utrecht, en la calle Vrendenburg, que es donde empieza la ruta. Se puede seguir esta ruta siguiendo unos puntos luminosos en el suelo.
Después de este paseo retornamos al hotel y en el canal Dritt encontramos el ultimo espectáculo lumínico del que muestro el siguiente vídeo como colofón a este intenso día en el que nos propusimos visitar tres de las ciudades más importantes de los Países Bajos.