RUTA DEL DIA:
Avión: Helsinki – Rovaniemi: 1 h y 20 min
En el octavo día de nuestro viaje, «Atravesamos el Círculo Polar Artico». Para ello tomamos un avión desde Helsinki a Rovaniemi. El avión despegaba de la capital de Finlandia a las 10:15 h. llegando a Rovaniemi a las 11:35 h., después de un vuelo de 1 hora y 20 minutos. El coste del viaje: 128 € ida y vuelta. Un vuelo de la compañía Norweggian.
Rovaniemi se encuentra a unos 820 kms al norte de Helsinki, con lo que si no se cuenta con muchos días para el viaje, es mejor ir en avión que en coche dada la larga distancia.
Nos levantamos temprano para llevar el coche alquilado a la oficina del Rent-a-Car, que se encuentra cerca del mismo aeropuerto de Vantaa – Helsinki. Allí como habíamos quedado el dia en el que recogimos el coche, nos estaba esperando un vehículo de la compañía de alquiler de coches (Add Car) para llevarnos, diligentemente, al aeropuerto, donde desayunamos antes de tomar el avión.

Después de un plácido y rápido vuelo llegamos a Rovaniemi a la hora prevista. En el mismo aeropuerto nos esperaba un coche de la compañía Sixt, que íbamos a alquilar para los dos días que permaneceríamos en esta ciudad. El precio 104,77 €.
Rovaniemi nos recibió con un espléndido día soleado. Cualquiera diría que estábamos en el mismísimo Círculo Polar Artico. Salvo por la decoración navideña, en el mes de Agosto, y las continuas referencias a Papa Noel o Santa Claus como le llaman aquí.

Y es que Rovaniemi es la ciudad de Santa Claus. Es el mayor reclamo turístico de la ciudad.

En realidad, Rovaniemi es la capital administrativa de la provincia de Laponia. Tiene unos 60.000 habitantes. Está situada cerca del círculo polar ártico entre los montes de Ounasvaara y Korkalovaara, en la confluencia del río Kemi y el Ounasjoki. Además de su situación geográfica como puerta de Laponia y, por tanto, país de Papá Noel, es una ciudad universitaria que alberga la Universidad de Laponia.
Su nivel social más alto lo mantiene en época invernal cuando se puede disfrutar de la nieve como renos, alces, safaris por parques naturales, trineostirados por perros, pesca en hielo, patinaje o avistar Auroras boreales. Mantiene durante el curso académico una ferviente vida universitaria y nocturna. Durante la época estival se pueden realizar safaris y otras actividades.
A nosotros nos tocó ir en verano, cuando el sol de medianoche hace que haya luz solar todo el día.
Una vez recogido el coche de alquiler, un magnifico Peugeot 406, nos dirigimos al que iba a ser nuestro alojamiento en estos dos días. Nos alojamos en una hermosa y acogedora casa de huéspedes. La Guest House Arctic Heart, a 48,30 €/noche, en la calle Tukkipojantie, 6.
Después de dejar nuestro equipaje en la habitación nos dispusimos a conocer la ciudad. Rovaniemi es una pequeña ciudad moderna, que quedó prácticamente destruida durante la Segunda Guerra Mundial. En 1960 se refundó la ciudad con el diseño del arquitecto Alvar Aalto.
El principal atractivo de la ciudad, al menos en verano, es el espectacular e imponente Arktikum Museum. Arktikum es un centro de ciencia y museo que permite disfrutar de la naturaleza norte, la cultura, y la historia de cerca. Que alberga la Universidad del Centro Ártico de Laponia y el Museo Regional de Laponia, con la intención de estimular el pensamiento, fomentar el debate, y proporcionar una comprensión más profunda del Ártico.

El museo se localiza en un precioso y enorme edificio con una galería central acristalada que se asoma al rio Kemi, por su parte posterior. A ambos lados de la galería, en varias plantas se sitúan las distintas exposiciones.

A través de varias exposiciones permanentes y otras temporales se nos explica cómo es la vida en estos inhóspitos territorios. Como son los días durante el oscuro invierno o durante el sol de medianoche. Los bosques cubiertos de nieve, el pastoreo de renos o la calidez de las cabañas donde habitan los lapones.
Otra exposición explica cómo se vive en estas regiones tan septentrionales y cómo se han adaptado las personas, flora y fauna a climas tan extremos. Aquí se recrean los diferentes ecosistemas de la región, los medios de transporte utilizados, y se muestran los distintos animales que pueblan estos territorios, renos alces, osos, focas…
Impresiona ver el realismo de los animales disecados que parece que tuvieran vida aún.
La tercera exposición permanente «Formas del Norte» incluye el Museo Regional de Laponia, donde se nos cuenta la historia de este pueblo tan singular, los lapones o sami, sus usos y costumbres.
Otras exposiciones temporales hacen referencia a temas tan variopintos como una muestra sobre la cultura Skolt, una pequeña minoría de los sami que habitaban en el noroeste de Finlandia y Laponia noruega. Otra exposición trata sobre las costumbres y hábitos sexuales en el helado Artico, tanto de humanos como de animales. Los secretos del apareamiento y las citas en tan helado ecosistema.
La ultima era una exposición fotográfica sobre la historia de Rovaniemi desde 1917 a 2017, los años en que lleva como país independiente Finlandia.
La visita a este museo cuesta 12 €. Como era ya hora de almorzar cuando llegamos al museo, antes de entrar comimos en su restaurante, el Arktikum Cafe. Un precioso establecimiento donde se puede comer un buffet de ensalada, más sopa y plato del día por 15 €. Muy rico todo.
Después de la visita de este magnífico museo, nos dirigimos a la que sin duda es la mayor atracción turística de Rovaniemi: Santa Claus Village. Y es que Rovaniemi se enorgullece de ser el lugar de la Residencia Oficial de Papa Noel, Santa Claus o Joulupukki en finés. Este singular parque temático acoge cada año a miles de visitantes de todo el mundo. Se encuentra a unos 8 kms al norte de Rovaniemi.

Partiendo de la base de que yo soy más de los Reyes Magos que de Papa Noel, he de reconocer que el sitio tiene una magia y encanto especial, sobre todo para los niños.
La entrada al parque es totalmente gratuita y aquí se recrea magníficamente el lugar donde Papa Noel emplea su actividad principal.
Lo primero que encontramos es una enorme tienda de regalos donde puedes comprar todo tipo de objetos navideños, jerseys, anoraks, mantas, árboles de navidad, muñecos y todo lo que puedas imaginar relativo al personaje que nos ocupa. Por lo general, todo bastante caro.
Según se cuenta, cuando Papá Noel declaró que Rovaniemi es su residencia habitual, contó que al principio del siglo pasado se había revelado el secreto que él vivía en el Cerro Korvatunturi. Esta información, ocultada por muchísimo tiempo, se difundió entonces en todo el mundo. Para mantener los secretos de la Navidad, los elfos decidieron construir en el Círculo Ártico un punto de encuentro para los visitantes tanto cercanos cómo lejanos. Y esto es Santa Claus Village.
A continuación de la tienda se encuentra el despacho del mismísimo Papa Noel. Alli puedes mantener una pequeña charla con él y hacerte unas fotos. La foto oficial cuesta unos 20 €. Papa Noel te pregunta de qué país vienes y te habla unas palabras en tu idioma, en este caso español. A nosotros al responderle que eramos de España, no dijo de que parte «¿Madrid, Barcelona?». Yo le respondí: «No, Sevilla al sur de España». «¿Cuál es tu equipo de fútbol, el R. Madrid o el Barça?». Le volví a contestar: «Tampoco, ninguno de los dos, el Sevilla F.C.». «Ah, el Sevilla, muy bien». «Sed buenos». Le pedí unas fotos con nuestra cámara además de con la suya, y me dijo «claro que si». Y esa fue nuestra profunda conversación con Papa Noel. Un tipo enorme con unas manos muy grandes y su habitual enorme barba blanca.

Frente a esta casa de Papa Noel se encuentra la Oficina Postal, donde se pueden ver los clasificadores de cartas que llegan a diario de todo el mundo, se puede mandar una carta a tus amigos con el sello postal del lugar y dicen que la pueden enviar firmada directamente por el jefe, Papa Noel.
En otro edificio, al lado de estos, está la fábrica de Papa Noel. Es un lugar mágico donde se puede ver el trineo de Papa Noel, el reloj del mundo, el lugar donde se empaquetan y preparan los regalos y otra larga serie de extraños artilugios.
En el parque además de estos edificios hay otras instalaciones, una granja de renos, cafeterías, restaurantes, tiendas de souvenirs, …
Hay también unas tippis, o tiendas laponas. Una de ellas es una cafetería y bar. Aquí nos paramos un rato para tomar un té con unas galletas y una porción de tarta con mermelada de moras del pantano (una especie de mora anaranjada exclusiva de estas latitudes) riquísima. En el centro de la tienda hay una chimenea donde se asan carnes o pescados.
Otro punto importante del lugar en la línea que marca el inicio del Círculo Polar Ártico. Cruzando esa línea podemos ya decir que estamos en el Polo Norte.
En esta zona ártica, por arriba del Círculo Polar, en verano el sol no se pone. En invierno es todo lo contrario: Durante una época determinada el sol no llega a subir por encima del horizonte.
En Laponia, durante la época de pleno invierno llamada «kaamos», a parte de la luna y las estrellas, sólo son la mágica aurora boreal y una capa de nieve blanca que iluminan el paisaje. El Círculo Polar también es conocido por ser un sitio donde se acaban las prisas, una especie de zona horaria donde el tiempo habitual se convierte en un tiempo mágico del mundo de los elfos y renos. En esta zona ártica, por arriba del Círculo Polar, en verano el sol no se pone. En invierno es todo lo contrario: Durante una época determinada el sol no llega a subir por encima del horizonte y la noche se hace eterna. El fenómeno se debe a la inclinación del eje de la Tierra respecto a su órbita alrededor del Sol.
Por último, hay que hacer mención de la llamada Cabaña de Roosevelt. Resulta que en 1950 Eleanor Roosevelt, viuda del Presidente de los EEUU Franklin Delano Roosevelt, conocida por su labor humanitaria, decidió visitar Rovaniemi para ver en primera persona las obras de reconstrucción de la ciudad después de la segunda guerra mundial.
Se decidió celebrar un acto en la misma línea del Circulo Polar Artico. Sin embargo, no había ningún edificio decente para celebrar el evento. Asi se le pidió a un granjero local que cediese un terreno para construir esta cabaña justo en el lugar donde existía un poste que señalaba el lugar donde se ubica la línea del Circulo Polar, al lado de la carretera 4 que iba hacia el norte.
Y de este modo se construyó esta cabaña para recibir a tan ilustre dama.

Bueno, pues después de ver todo esto y disfrutar con ello un buen rato volvimos a Rovaniemi, donde fuimos a buscar un supermercado donde comprar viandas para la cena en nuestro alojamiento y dar un pequeño paseo por la ciudad de Rovaniemi, que a decir verdad tiene poco que ver.
Una calle comercial con bares y tiendas en cuyo centro hay una con un gran reloj astronómico y cerca de allí el puente Jätkänkynttilä, el símbolo de la ciudad, sobre el rio Kimi.
Después de este pequeño paseo ya era hora de cenar con lo que regresamos a la casa de huéspedes donde nos preparamos unos huevos fritos con un riquísimo solomillo de carne de reno con bacon y acabamos con el Kalakukko, que calentito y con el bacon por encima, estaba algo más sabroso.