RUTA DEL DIA:
Belgrado – Novi Sad: 81 km —> Novi Sad – Vukovar: 132 km —> Vukovar – Zagreb: 294 km
TOTAL DE KMS: 507 Km
Finalmente, la “Belgrado Beer Fest” no nos molestó demasiado para dormir. Acabaron las actuaciones a las 4 de la mañana. Y entre eso y que el Hotel estaba muy bien insonorizado, la verdad es que no nos molestó mucho. Así que nos levantamos a buena hora. Después del insignificante desayuno del Arkabarka Hostel, nos dispusimos a abandonar la ciudad de Belgrado. Pero antes de salir de la ciudad, queríamos visitar dos cosas más: La Nueva Belgrado, o Novi Beograd, y el Barrio de Zemun.
El área conocida como Novi Beograd, se encuentra al este de la parte vieja, y en su mayor parte se urbanizó a partir del siglo XIX. Aquí se encuentra la gigantesca Catedral de Sava. Está catedral se proyectó en el año 1894, con la idea de que se convirtiera en uno de los mayores templos ortodoxos del mundo. Sus dimensiones son descomunales. La catedral se construyó en el mismo lugar donde fueron llevadas las reliquias del santo Sveti Sava, traídas del Monasterio Mileseva, siguiendo las órdenes del invasor turco Sinan Pacha en 1594, para ser quemadas.
Después de dos concursos se encomendó su construcción a los afamados arquitectos Bogdan Nestorovic y Aleksander Deroko en 1926. La construcción se interrumpió por los bombardeos en el comienzo de la Segunda Guerra Mundial, y no se reanudaron hasta 1985. Con lo que en la actualidad continúan las obras de su construcción. Promete ser un edificio imponente cuando esté terminado. Habrá que volver en unos años para ver como queda. De momento solo está terminado su exterior y la capilla de una nave lateral.
Justo al lado de la Catedral de Sava se encuentra la Iglesia de Sveti Sava, erigida en 1935 sobre los restos de una capilla anterior, siguiendo los planos del arquitecto Viktor Lumski. Su interior guarda muy interesantes y bellísimos frescos e iconos neo-bizantinos.
En el área del Nuevo Belgrado se encuentran también otros interesantes edificios como el del Ayuntamiento de la Ciudad de Belgrado, edificado en 1882 por orden de la Familia Real Obrenovic, en estilo Renacimiento Italiano y que representa uno de los más significativos diseños arquitectónicos del Belgrado del s.XIX.
Muy cerca está el edificio del Parlamento de la República Serbia-Yugoslava, de estilo Neoclásico. Destacan las dos esculturas simétricas del escultor Toma Roksandic, que hay en la entrada principal y que representan a dos caballos negros erguidos sobre sus cuartos traseros.
La segunda visita que pretendíamos hacer antes de dejar Belgrado era el Barrio de Zemun. Forma parte de los 10 municipios urbanos de la ciudad de Belgrado propiamente dicha. Zemun era una ciudad en sí misma antes de ser absorbida por el crecimiento urbano de Belgrado, tras la Segunda Guerra Mundial. Zemun originalmente se desarrolló sobre las colinas de Gardoš, Cukovac y Kalvarija, a la orilla sur del río Danubio, en la proximidad de su confluencia con el río Sava.
Zemun cuenta con un museo y es sede de la sala de ópera y teatro Madlenianum. Es sede de facultades de la Universidad de Belgrado y varios equipos deportivos a nivel profesional. La ciudad conserva varios de los edificios y calles del siglo XIX y principios del XX en buen estado de conservación, sobre todo alrededor de la emblemática torre de Gardos.
Es muy pintoresca su plaza del mercado, con los puestos de pescado y verduras de la calle, como grandes reclamos. Llama la atención ver los barreños con peces vivos aun de las pescaderías. Curioso ver una panadería en la que tenían una freidora donde freían unos riquísimos boquerones. Compramos un cartuchito de boquerones que nos sirvieron junto a una gran rebanada de pan. Una buena tapita a un precio mínimo.
Después de la visita a Zemun, cerca del mediodía, dejamos atrás por fin la capital de Serbia y nos dirigimos a la ciudad de Novi Sad. En el norte de Serbia, a unos 80 km. de Belgrado y a orillas del Danubio se encuentra esta ciudad. Es la capital de la provincia autónoma de Vojvodina. Es un gran centro industrial y cultural. Novi Sad significa «Nuevo Jardín» en serbio, y es la segunda ciudad más grande de Serbia tras Belgrado.
La parte más antigua de la ciudad se sitúa en la margen derecha del Danubio, en Petrovaradin. Fue fundada por los romanos, que le dieron el nombre de Cusum a su fortaleza, que domina la ciudad. Posteriormente los bizantinos la nombraron Petrikon, en honor, se supone, a San Pedro. En los documentos de 1237, la ciudad fue mencionada por primera vez bajo el nombre de Petrovaradin (Pétervárad en húngaro, y Varadin bajo el dominio otomano).
La piedra angular de la parte que hoy es el sur de la fortaleza fue colocada el 18 de octubre de 1692, por el príncipe Croy. La Fortaleza de Petrovaradin está horadada por unos 16 km de túneles, con hasta cuatro niveles que se terminaron en 1776. Numerosos hechos de la historia de Serbia han tenido como escenario esta imponente fortaleza desde la que se ofrecen magníficas vistas de la ciudad de Novi Sad. En este mirador sobre la ciudad hay un restaurante donde comimos mientras admirábamos las vistas.
Cruzando el Danubio llegamos a la actual Novi Sad, cuyo centro está dominado por la Catedral del Nombre de María. Construida en estilo Neo-gótico en 1895 sobre otra iglesia que fue incendiada durante la Revolución de 1848. Su torre es la más alta de toda la región.
En la misma plaza se encuentra en ayuntamiento de la ciudad, así como otros bonitos edificios neoclásicos.
Tras pasear por Novi Sad, y conseguir orientarnos con los mapas, porque el GPS no funcionaba en Serbia, nos dirigimos hacia la frontera croata. Y atravesamos esa frontera por una de las regiones que más sufrieron la guerra de los Balcanes, Vukovar. Su nombre significa “Ciudad en el rio Vuka” y, como su nombre indica se sitúa en la confluencia de los rios Vuka y Danubio.
Vukovar fue devastada durante la Guerra Croata de Independencia (1991–1995) en los años noventa. La ciudad, prácticamente indefensa, fue sitiada durante meses por bandas de paramilitares serbios y la JNA. Más de 1.600 personas murieron en el sitio, de los cuales la mayoría eran civiles. Un número importante, en torno a los 800, desaparecieron y 42.000 tuvieron que exiliarse a la fuerza de la ciudad. Las fuerzas serbias, entraron en Vukovar una vez hubo terminado el sitio, violaron a un elevado número de mujeres, y apresaron a los heridos en el hospital. Esta gente fue luego ejecutada a sangre fría en Ovcara.
Como trágico recuerdo de esa barbarie queda La torre del agua de Vukovar, destruida al inicio del asedio, y que se ha convertido en un símbolo de la ciudad. Asímismo, numerosos edificios de la ciudad muestran aun los signos de la batalla, con sus fachadas repletas de agujeros ocasionados por las balas y obuses.
Después de un refrigerio en Vukovar seguimos circulando por unas carreteras en las que se atravesaban pequeños pueblos, como Nústar o Vinkovci, donde aún se apreciaban esas marcas de la guerra y, a su vez, nos llamaban la atención los entrañables puestecitos donde los lugareños ponían a la venta una parte de las frutas y verduras que ellos mismos cultivaban.
Estas estrechas y no en muy buen estado carreteras finalmente desembocaron en la Autopista E70 que nos llevó a Zagreb, a donde llegamos pasadas las 22:00 h. Nos alojamos en el Hotel Laguna, de tres estrellas, y que estaba muy cerca del excelente Panorama Four Points, en el que nos alojamos días atrás.